La mayoría de la gente vive en una carrera sin fin por el dinero. Dinero para mantener tu vida urbana. Viven en la ciudad para ganar dinero. Y así se cierra el ciclo de la "locura en este mundo".
Los placeres urbanos van acompañados de muchos disgustos y trampas psicológicas. En la ciudad siempre dependemos mucho unos de otros y principalmente de los capitalistas que poseen los medios de producción y el gobierno arbitrario. Confunde la mente de las personas, las hace ocupar sus mentes con preocupaciones tontas.
Cuando somos testigos o meditamos sobre desastres (o transformamos depende del punto de vista) de la naturaleza, nos damos cuenta de que este apego del materialismo, el urbanismo, el trabajo, la ciudad natal e incluso la familia es tonta, es muy pequeña cerca de la realidad de la vida.
El desapego de estas cosas es algo muy bueno, porque no tienes que preocuparse. Eres libre de ir y venir, decir lo que quieras, vivir y vivir donde y como quieras. Eso no significa que no debas correr honestamente detras de su sustento, sin embargo, esto no debe hacerse de manera pesada, en la que te niegas a ti mismo, y que hay demasiado apego, lo que te hace pensar que la vida es solo esta loca carrera, olvidando la real esencia de la felicidad. ¡Tanto sufrimiento cuando algo se "pierde"!
Las cosas van y vienen, pasan por nuestra vida, no somos dueños de nada ni nadie. Apuesta por el desapego, siente más la vida, comunícate con los animales, con las plantas, escucha lo que te quieren contar, mostrarte. Ejercita tus instintos, tus sentidos. Aprovecha la buena compañía, los buenos momentos. Aprecia la sencillez y desaprueba la codicia, la envidia. Sea feliz contigo mismo, no dependas de nada ni de nadie para eso.
Tenemos una enorme capacidad para dirigir las cosas en nuestra vida, para energías directas. No se tomen la lógica, los pronósticos, las evaluaciones tan en serio. Tenemos nuestra verdad y es la más importante. Siéntela, apuesta por ella.
Nacimos desnudos y morimos sin cargar nada.
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