Son muchas las obras y textos que hablan de la armonía que podemos tener con el universo, esa fuerza que nos lleva exactamente a donde debemos ir, que nos lleva a seguir nuestro camino, a seguir el fluir en lugar de resistir y además de crear fricciones, perder el tiempo en un camino que no es el nuestro.
Sintonizar la fuerza impulsora del universo convierte nuestra vida en un deslízate por los placeres y emociones que nos brinda la vida.
No es fácil ni rápido aprender los secretos de tener esta sintonía. Descifrar los secretos y consejos que el universo nos deja en todo momento requiere paciencia, concentración, sensibilidad. Uno necesita estar abierto, receptivo a entiender su "misión", su "destino". Observa con tus propios ojos, dejando de lado los miedos y prejuicios que te inculcaron, buscando sé tú mismo, in natura, “escuchando” humildemente lo que el universo tiene reservando y aceptando los obsequios que él le haya dado.
Algunas personas llaman dios a esta fuerza. Otros crean historia, razonamiento e incluso una fantasía para sentirse a gusto con esta "verdad". Sin embargo, lo más importante es comprender que el universo conspira a favor del bien, de las personas que actúan con honestidad, que tienen el corazón abierto, buscando la iluminación, los llamados justos.
Ser pesimista, además de no obtener la libertad de pensar y vivir, sigue desafinándose cada vez más con el universo. Apegarse demasiado a algunas verdades también te limitan. Debes dejarte llevar por esta fuerza benigna, de esa forma te darás cuenta que al final de este procedimiento todo terminará siempre bien, una cosa lleva a la otra, todo está interconectado. Las piezas de este gran tablero ajedrez que es el universo se mueven, todo se mueve, y si tu permanezca inmóvil bloqueando este movimiento, puede ser violado o sorprendido con algo que no era para ti.
Sin embargo, para obtener el proceso natural y el equilibrio de las fuerzas del bien y el mal en el universo, es comprensible que siempre haya gente queno seguirá el sabio consejo del llamado divino, esa fuerza mayor que gobierna el universo. Estas son las personas que forman parte de la base de la pirámide de la sociedad, la mayoría, gente que sufre sin saber por qué, gente que vive por vivir, gente acostumbrada a la injusticia y al dolor y desafortunadamente están atrapados en un ciclo, siendo parte de un gran engranaje que privilegia a pocos.
Pero ya sabemos que la sabiduría es para los raros.
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