sexta-feira, 31 de dezembro de 2021

El mundo de los sueños y la vida real

 Puede suceder que a veces, al despertar, no nos sintamos para realmente despertar. Insistimos en dormir más. Parece que el mundo de los sueños son más atractivos que el mundo real. Parece más difícil respirar sentimos más frío, más pereza, la fuerza de voluntad una vez tan fuerte dentro del sueño, parece disminuir en menos de un tercio.

En sueños podemos hacer de todo: volar, tener superpoderes, luchar excepcionalmente bien, afrontar los más diversos peligros. En la vida real, uno hay altibajos, cosas que no esperamos, más que nosotros preparémonos, reacciones que están más allá de nuestra fuerza de voluntad.

No es que no haya pesadillas, pero en cierto modo, parece que ya las estábamos esperando. Sensación de confusión. Y, acompañado de ellos, parece que un buen sueño viene a aliviar tensiones.

Durante el sueño generalmente nos relajamos, necesitamos relajarnos, dejar de pensar para entrar en esta “otra dimensión”, mientras que durante el día, en la importantísima vida real, debemos estar “siempre alerta”. Es una vida llena y tensa de responsabilidades, donde cobramos y nos cobran. ¿Por qué tanto conflicto?

Existe una cultura tribal, según el antropólogo James George Frazer, en que no hace distinción entre sueño y realidad. Es como de noche el alma fue llevada a otra dimensión, donde tendrían lugar otros actos, que de hecho, sucederían. En los primeros contactos con los occidentales, hubo una mala interpretación de los dichos salvajes. Se pensaba que mentían mucho, cuando solo narraron los hechos ocurridos durante el dormir.

Tanto la vida como los sueños pueden ser buenos. La pregunta es: ¿qué hacen depende de que sea?

Deseo más disposición para ti.


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