La desesperanza en la humanidad se ha vuelto cada vez más popular. Sabemos que todo el caos que presenciamos en este planeta se origina en el hombre mismo. Este residente y administrador del planeta Tierra no tiene hecho un buen trabajo estos últimos años. Política, terrorismo, desigualdades sociales, desprecio por los pobres, injusticia racial, incluso desastres naturales, un clima desequilibrado, la falta de amor y respeto en el mundo. Todo este resultado horrible que nos molesta es un reflejo de la verdadera naturaleza humana en su esencia.
Es impactante ver a personas desestructuradas desde la cuna, que no toman cualquier noción de principios, moral o buenas costumbres de su hogar por vida todos los días. No asusta el hecho de que haya tantos psicópatas, asesinos y ladrones que se preocupan poco por su projimo, amigo o familiar. Esas personas son la causa del mal, pero también son víctimas de los males de nuestra sociedad. Es un círculo vicioso, de maldad que genera maldad.
Lo más difícil para el ser humano ha sido ser humano. Es doloroso descubrir que no podemos confiar en nadie y que debemos estar tensos por la mayor parte del tiempo porque alguien puede estar planeando el mal contra personas y, a veces, ser la persona de la que menos sospechamos.
Si no está de acuerdo con este tipo de comportamiento, probablemente no me gustaría ser cómplice ni participar en actos egoístas y dañinos como los que hemos presenciado a diario. Pero, ¿cómo no participar, si estamos insertados en este contexto? Si compartimos espacio con estos monstruos en nuestra rutina?
La vida solitaria puede no ser tan mala si lo consideras la compañía de este tipo de personas no contribuye a nuestro crecimiento y evolución de ser. Vive solo o con unos pocos y selecciona la gente puede ser un escape para aquellos que ya están cansados de ser ofendidos y insultados por el comportamiento de los malos. Siempre hay una vista alternativa que se puede activar para que podamos aprovechar las que queda de los placeres sensibles de esa vida.
Nosotros como faros en medio de esta oscuridad de valores y sentido común, también podemos ayudar a aquellos que aún no se han cerrado a la principios del bien, sembrar amor, paz y tantos otros sentimientos positivos que existen dentro de nosotros.
Y para aquellos que se han cerrado a la positividad, todo lo que les queda es quese hace justicia.