¿Qué es la envidia?
Es tristeza con la felicidad ajena. Es, en cierto modo, desear el mal de otro, ya que la pequeñez de ser envidioso no le deja ver que la felicidad para él es posible si se enfoca más en su propia vida, olvidándose un poco de la de los demás.
El ser envidioso es limitado, un límite que él mismo se impone, prisión interna, ignorancia y baja autoestima. El pasto, la casa, el carro y la mujer del vecino siempre te parece más atractivo. Y mientras malgasta el tiempo codiciando el del projimo, deja pasar las oportunidades a diario, reservándose el papel de fracaso que conquistó con este comportamiento mediocre.
Cuando vemos a otro ser feliz, debemos alegrarnos por él, por la conquista adquirida con lucha y sudor. Ningún logro es resultado del azar. Por lo menos hay una preparación del espíritu, para que la positividad sea bien recibida en la vida de esa alma bendita. Reflexionar sobre cómo también podemos lograr las victorias y los logros deben ser nuestra reacción al ver la victoria de quienes nos rodean.
Buscando conocimiento, canalizando energía, buscando estar cerca de toda la positividad y aprender a juzgar a los justos y a los injustos, te ayudará a seguir esa carrera "afortunada".
Es muy triste escuchar a conciudadanos que tuvieron que salir de su país, porque allí no tendrían paz para trabajar duro y adquirir cosas, ya que hay tanta envidia de los que le rodean, que no podía vivir en paz disfrutando de las recompensas de sus luchas. Esto es vergonzoso. La persona privarle de disfrutar los resultados de sus esfuerzos porque la gente baja, que no tienen la capacidad, la tolerancia y la perseverancia para aprovechar las oportunidades y convertirse en vencedores, lo afligen.
Antes de juzgar a alguien, queriendo tomar lo que no le pertenece, observa el esfuerzo y la forma en que esa persona actúa ante las oportunidades.
Somos iguales, podemos lograr grandes cosas, no necesitamos migas para sobrevivir.
¿Necesitas?
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