Después de mucha reflexión y observación, vengo a compartir contigo algunas reflexiones sobre la naturaleza humana en sus aspectos "dudosos" e incluso negativos.
Nuestra sociedad, con sus atributos positivos y negativos, no es más que un reflejo del tipo de seres humanos que somos como grupo. Considerando las muchas críticas hechas aquí y en otros escritos sobre cómo vemos y realizamos acciones negativas a través del comportamientos gubernamentales, institucionales y de otros tipos "cooperativos", llega el momento en que nos encontramos atrapados por la falta de conciencia, educación, buena voluntad y cambio real.
Las mentes pensantes de hoy y los "espíritus libres" a menudo sufren en medio de una sociedad que parece tener dificultades para separarse de valores retrógrados, valores que ya no tienen espacio en el siglo actual, donde tantas mentiras desmitificadas aún progresan asombrosamente.
Algunos prefieren retirarse de la sociedad, aislarse. Es triste, porque estas grandes mentes podrían ayudar mucho nuestra sociedad para evolucionar.
Hoy hay que tener coraje para entender quién es el ser humano, para aceptar su verdadera naturaleza (que es probablemente una unión de lo positivo con lo negativo), y llevar esta breve vida de la manera más sensata posible con la responsabilidad para vivir en sociedad pero también para dejar sus instintos actuar manteniendo el control, incluso inconscientemente.
Cuando nos encontramos con algunos ciudadanos desequilibrados o pasiones desenfrenadas (pasiones que a menudo están cubiertas por porque los alienta), a veces nos desanimamos por el ideal de mejorar nuestro entorno. Se necesita mucho compromiso y persistencia para no dejar que las personas mediocres, ignorantes y malvadas no nos hagan rendirse y retirarse a nuestra casa o aislarnos. Ni siquiera deberíamos piensar en actuar igual.
Se requiere paciencia y persistencia. Aprende, escucha, observa.
Pero de todos modos: evolucionar no es para todos (¡qué pena!).
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