Es común en nuestra sociedad valorar la competencia, el ganador. Sin embargo, es esencial analizar el curso del proceso de competencia sea cual sea el área. El camino a la victoria está lleno de barreras que incluso pueden derribar al verdadero digno de gloria. Vivimos en un mundo en el que las relaciones influyen mucho en el resultado de cualquier embestida. Dicen que el hombre es un animal social y que esto es impregnado en su naturaleza.
En los campeonatos es muy común ver favoritismo, contactos influyentes, manipulación de resultados e incluso intereses financieros vinculados a la competencia.
Es muy triste ver que la gloria de la victoria, que sería la prueba de nuestro capacidad, se le está dando a las personas equivocadas. La verdadera habilidad no ha sido reconocida por nuestra sociedad. Entonces, ¿cuál es la verdadera competencia, pero para alentar la superación y la evolución del ser humano? ¿No estamos "fallindos" los concursos?
Los verdaderos campeones serán expulsados de nuestro enfoque, donde serán dejados solo "hijos de papá", gente deshonesta, con malas intenciones y eso, asombrem, serán ejemplos para nuestros hijos y nietos.
Necesitamos revertir estos valores, valorar a los verdaderos capaces, las personas quienes solo quieren probarse a sí mismos que son capaces y que son evolucionados. No soporto la jactancia, pero no puedo dejar pasar desapercibido una postura tan vergonzosa.
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