Durante estos días tuve conversaciones sobre un tema que intriga a muchas personas, a parte de mi. Es la relación hombre animal con hombre social. La dificultad del hombre e de la sociedad humana de adaptar su naturaleza animal a su condición social actual.
Cualquiera que haya leído el "Contrato social", escrito por el filósofo Jean Jacques Rousseau, puede recordar la condición humana animal y social en los primeros días. Las mujeres vivían en grupos separados del lado masculino, y se unieron solo en la temporada de apareamiento y, si aparecían mujeres embarazadas, el hombre permanecía unido hasta que el niño pudiera mantenerlo solo, y la mujer ayudaría al niño hasta que pudiera sobrevivir por cuenta propia. Esa era la relación hombre-mujer. Esta era la sociedad humana.
Hoy vivimos en una sociedad que ha sufrido muchas transformaciones, influencias religiosas y culturales de estilos variados. Todavía estamos en el medio del camino, estamos experimentando choques culturales en la globalización. Un ejemplo es la difícil aceptación de Turquía en la Unión Europea, el único país musulmán que pertenece al Bloque.
La sociedad de influencia occidental en la que vivimos está en transformación. Sin embargo, todavía tenemos gran parte de la influencia cristiana en nuestras costumbres y organización de la sociedad. Pensamientos que fueron impuestos por la iglesia en tiempos de dominación.
Busque saber cómo, cuándo y por qué se formaron las costumbres, como el matrimonio, la organización familiar, la construcción de palabras y el lenguaje, los "buenos costumbres", las leyes de los estados, todo lo que sabemos hoy y que nacemos teniendo que obedecer y respetar, es importante. Aceptar cosas y hacer sin saber por qué, es algo estúpido. Pero esta búsqueda no es simple, mucho menos fácil. Estas son filosofías que fueron implantadas hace muchos años y que a veces se "entierran" en alguna biblioteca europea.
El hombre todavía tiene mucho que cuestionar, y las respuestas llegarán a medida que pasen los años. Cosas simples que hacemos en nuestra rutina, las cuales no tenemos la menor idea de por qué lo hacemos, probablemente tendrán explicaciones. Tan simple como hoy entendemos por qué el agua cae del cielo.
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